La Plaza de la Villa de París está situada entre las calles del General Castaños, Orellana y Marqués de la Ensenada. En ella se encuentran, a parte del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional, el Centro Colón y la Alianza Francesa, además de las preciosas casas construídas, en su mayoría, a finales del siglo XIX y principios del XX.
Se encuentra en los terrenos del antiguo Convento de las Salesas Reales, fundado en 1748 por Bárbara de Braganza, esposa de Fernanzo VI, más concretamente, sobre el antiguo Jardín de la Reina.
El proyecto original del convento fue obra de François Carlier, hijo del escultor y jardinero René Carlier, y fue realizado por Francisco Moradillo. El conjunto estaba formado por el monasterio, la iglesia y los jardines. Del mismo, el 80% de la superficie estaba ocupada por espacios verdes, un huerto, la huerta del convento, el jardín de secano, una pradera y el Jardín de la Reina, además de dos claustros.
Fuente: Arte en Madrid Frente a las habitaciones de Bárbara de Braganza se situó el Jardín de la Reina, de estilo francés, con trazado geométrico y formado por parterres de broderie circundados por caminos de grava o piedra. En la zona más próxima a la fachada había una fuente, en el centro del paseo que dividía el jardín.
En la zona del huerto de frutales y la huerta de vegetales había dos ermitas y otras construcciones, como la casita del jardinero, varios estanques, una pradera y arboledas junto a la tapia que proporcionaban intimidad. Los jardines estaban adornados con templetes, pérgolas, placitas, bosquecillos, fuentes, estanques y norias.
En el Claustro Mayor había cuatro parterres con una fuente de mármol en el centro. Allí también se colocó, durante el reinado de Carlos III, la estatua de Fernando VI, realizada por Olivieri para la Fuente del Rey de Aranjuez, donde estuvo desde 1752 hasta su traslado al convento. Hoy se encuentra en la Plaza.
En 1870 se convirtió el edificio del convento en el Palacio de Justicia, y en 1884 se abrieron al público los jardines de la Plaza del Palacio de Justicia, como se llamaba entonces, colocándose en ella la estatua de Fernando VI y otra de su esposa, creada ex profeso por Mariano Benlliure.
En 1905, Monsieur Émile Loubet, Presidente de la República Francesa, visitó la Plaza; y con motivo de esta visita su nombre fue cambiado a Plaza de la Villa de París.
A pesar de que a lo largo de su historia ha pasado por varias intervenciones, una de las más destacadas la construcción de un aparcamiento subterráneo en 1976, ha conservado la esencia del estilo francés con que fue proyectada.
Está dividida en dos zonas rectangulares y simétricas por un eje principal que parte del Palacio de Justicia, adornado por una alineación de laureles (Laurus nobilis) podados con forma de cono.
Los espacios están delimitados por setos de aligustre (Ligustrum japonicum), y rodeados por alineaciones de plátanos de sombra (Platanus hibrida). Entre estos setos de aligustre se pueden encontrar algunos ejemplares de adelfa (Nerium oleander) y evonimo (Euonymus japonicus). A parte de los árboles y arbustos mencionados, hay distribuidos por la Plaza numerosos bancos, un parque infantil, una zona de perros, una fuente y farolas de forja negras.
Según el Plan General de Ordenación Urbana, la Plaza de la Villa de París tiene el máximo nivel de protección entre los Parques y Jardines de Interés, ya que se considera un elemento urbano singular, de interés histórico-artístico.
La verdad es que es una Plaza que conozco desde siempre, como es la única zona verde en una gran extensión de los barrios de Justicia y Almagro, muchos niños de los alrededores hemos jugado allí de pequeños. Y debo decir que me da mucha pena el estado en el que está, da una sensación de dejadez y desastre enorme, no hay flores en los parterres que rodean las estatuas, no hay casi gente sentada en sus bancos, ni paseando entre los árboles, ni niños jugando. Puede deberse (espero) a que hace poco han acabado las obras de la Audiencia Nacional y la plaza se va recuperando poco a poco hacia su estado anterior, habrá que esperar...
En cualquier caso es un espacio con una gran carga histórica, y además, uno de los últimos jardines públicos regulares creados tras pasar la moda del Jardín Francés del siglo XVIII, y según he leído, los vecinos están luchando con uñas y dientes para conservarla y mejorarla, lo cual merece totalmente.
Contato: almudena.hru@gmail.com
Kokedamas de Un jardín en mi azotea
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