El mes de marzo es conocido por tener un mayor volumen promedio mensual de precipitaciones en el Norte, Centro-Oeste y Nordeste de Brasil. Sin embargo, la intensificación de los fenómenos climáticos debido al calentamiento global altera este patrón.
Vista aérea de la sequía en la región de Catalão (AM). — Foto: Cadu Gomes/VPR
En 2024, se espera un clima cálido y bochornoso en ese mes, con lluvias irregulares y un mayor calentamiento del Atlántico Sur. El Niño es un fenómeno meteorológico que eleva la temperatura de los océanos en la zona ecuatorial, provocando sequías en el norte y noreste del país y lluvias excesivas en el sur y sureste del país. Tal ocurrencia es natural, pero se ha vuelto más intensa, por lo que sus efectos comienzan a debilitarse ahora, pero su neutralidad solo se percibirá realmente entre los meses de mayo y junio. Otro fenómeno que se ha vuelto más fuerte es la MJO (Oscilación Madden-Julian), que consiste en una gran ola de propagación de lluvias tropicales, a veces intensificadas, a veces reprimidas. Con una mayor cantidad de agua que se evapora de los océanos debido al aumento de las temperaturas globales, se espera que aumente la incidencia de la lluvia en todo el mundo. Por otro lado, este calentamiento reduce el volumen de precipitaciones en otros lugares.
Por lo tanto, incluso en una fase de debilitamiento, El Niño todavía tendrá el poder de hacer que la circulación de los vientos sea menos favorable para la lluvia. Los registros científicos del fenómeno indican que la intensidad del impacto ha aumentado desde la década de 1990, por lo que los años de mayor intensidad fueron 2015-2016, y ahora en 2023-2024. De esta forma, se producirán chubascos, pero con menor frecuencia e irregularidad espacial, escapando al patrón. Debido a esta característica de precipitaciones irregulares, el alto volumen promedio de precipitación en el mes de marzo será difícil de lograr sin lluvias frecuentes en la misma región. Esto significa que las fuertes lluvias no caen una y otra vez en la misma región.
El Amazonas
Nuestra gran selva tropical, conocida popularmente como los "Pulmones del Mundo", sorprendió a todos a finales de 2023, con imágenes de ríos amazónicos sin agua. Ya se pronosticaba un período más seco debido a la influencia de El Niño. Sin embargo, su alta intensidad no era la esperada, y reflejó directamente en la no formación de nubes y lluvias en el territorio. Por esta razón, el volumen de agua en ríos amazónicos, como el Branco, en Roraima; Tapajós, en Pará; y Solimões, en Amazonas, está por debajo del promedio del período, y se espera que ese valor se mantenga hasta una menor incidencia del fenómeno.
Por lo tanto, tal desequilibrio afecta no solo a la fauna y flora del bioma, sino a todo un ecosistema. Un ejemplo de ello son las comunidades pesqueras, que en marzo tenían la costumbre de ir tras los cardúmenes para su propio sustento. Sin embargo, la actividad de este año solo debería comenzar en abril, ya que el nivel del agua está por debajo de la media.
Sequías e inundaciones
Incluso en Pará, la falta de lluvias es un problema para los residentes. Los ribereños del lugar conocido como el Gran Recodo del Xingú se preocupan por el nivel del río por debajo de la media. La central hidroeléctrica de Belo Monte, ubicada en la región, tiene la potestad de controlar la cantidad de agua que fluye de la represa y, en consecuencia, determinar el nivel de la parte baja del Xingú. Con el pequeño volumen de lluvia (alrededor de un 10% menos de agua en comparación con el mismo período del año pasado), la presa hidroeléctrica represa el agua durante más tiempo, dejando al resto del río en una situación crítica, lo que hace imposible sobrevivir solo de la pesca local.
En Rondônia, en cambio, la sequía histórica del río Madeira sigue afectando drásticamente a los pueblos indígenas, imposibilitando el crecimiento de los cultivos debido a la falta de lluvias. La situación en Roraima no es muy diferente, la sequía del principal río del estado, el río Branco, alcanzó un nivel récord en febrero, agravando los incendios en la región. A diferencia de estos lugares, el río Acre tuvo su sequía registrada y, en noviembre de 2023 y ahora está pasando por un desbordamiento, dejando ciudades inundadas y ciudadanos sin hogar después de que el nivel del río subiera 17 metros. Esta intensa precipitación en Acre es la segunda más grande registrada y puede explicarse por la MJO mencionada anteriormente, que cobró más fuerza cuando se encontró con aguas más cálidas de lo normal debido a El Niño.
Referencias
Extremos de chuva e seca: o que está acontecendo com os rios da Amazônia (uol.com.br)
Clima no Brasil em março de 2024 | Climatempo
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