LLa floración de los cerezos, es uno de los espectáculos más reconocidos de Japón y constituye uno de los atractivos más sorprendentes de la naturaleza.
La flor de sakura es el símbolo de la pureza, emblema del ideal caballeresco, bushi. En las ceremonias de casamiento el té se reemplaza por una infusión de flores de cerezo, así en este caso se convierten en símbolo de felicidad y buenos augurios. La floración de la variedad más conocida del sakura coincide con el equinoccio de primavera. Ocasión de festejos y ceremonias religiosas para proteger las cosechas.
La floración de los cerezos preanuncia la del arroz y en consecuencia de las cosechas por venir. Imagen de la felicidad terrena y de la prosperidad. (Jean Chevalier) En la ciudad de Washington, se celebra cada año el Festival de Cherry Blossons. Los árboles plantados en las calles transforman la ciudad a partir de los 3.000 ejemplares donados por el alcalde Yukio Ozaki de Tolio en 1912.
Los árboles de cerezo anticipan la llegada de la primavera, con una explosión de flores de color rosa claro y blanco que convierten las copas en nubes de flores rosadas y blancas al alcance de las manos.
Las flores que cubren los árboles en Washington DC, se ofrecen en tres lugares del National Park Service, el Jefferson Memorial y la Tidal Basin, en el parque West Potomac, el East Potomac Park o Hains Point y el monumento a Washington. El regalo de Japón, incluye al menos 11 variedades de cerezos. Yoshino, de flores blancas Kwanzan, con flores rosadas, Akebono, llorón, flores de otoño, Sargent, Usuzumi y Takesimensis. La flor del cerezo, dura pocos días, es efímera, frágil. El viento esparce los pétalos y el piso se cubre de flores deshechas. Símbolo de lo fugaz, invita a la reflexión sobre la precariedad de la existencia.
En la obra El jardín de los cerezos de Anton Chejov, estrenada en 1904, los cerezos son árboles productivos. Se trata de la última obra del escritor ruso, donde expone el problema económico que atraviesan los personajes, anticipando los cambios sociales que se avecinan. Una familia de aristócratas a punto de perder todas sus posesiones que prefieren continuar con su perezosa forma de vida antes de aceptar alternativas que les permitan reacomodarse a nuevos tiempos. Así mientras algunos personajes desaparecen otros emprenden un nuevo camino.
El árbol de cerezos posee una carga simbólica fuerte. El cerezo se vincula a la vida simple y sencilla. En la obra, los cerezos ya no producen, afectados por la desidia de sus dueños, están lejos de constituir una importante fuente de trabajo como lo eran antes. El ciclo vital se cierra. El árbol del cerezo, crece y da sus frutos. Pierde sus hojas en invierno y luego vuelve a florecer. Es fácil asociarlo a la renovación y el renacimiento. El árbol de hojas caducas es de por sí símbolo de regeneración y por lo tanto símbolo de vida en su sentido dinámico.
Fuente: http://www.arteyjardines.com.ar/flores-cerezos/ Autor: Mónica Castelanelli
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